Biografía de EKR

 

La silla de ruedas de Elisabeth fotografiada poco después de su fallecimiento; foto de su hijo, Ken Ross.

 

 

 

 

 

 

Dra. Elisabeth Kubler-Ross: Un legado de compasión, valor y transformación

La Dra. Elisabeth Kübler-Ross nació en Zúrich (Suiza) el 8 de julio de 1926, como una de sus hermanas trillizas. Desde muy joven decidió dedicarse a la medicina, una decisión que chocaba con las expectativas tradicionales de su padre. Sin embargo, su determinación de ayudar a los demás la llevó a estudiar medicina en la Universidad de Zúrich, donde más tarde conocería a su futuro marido, Emanuel "Manny" Robert Ross.

En 1945, tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, el camino de la Dra. Kübler-Ross hacia el estudio de la muerte y el morir empezó a tomar forma. Como miembro del Servicio Voluntario Internacional por la Paz, ayudó a reconstruir comunidades devastadas por la guerra en Europa del Este. Durante este tiempo, visitó el campo de concentración de Maidanek, donde le impresionó el inquietante símbolo de las mariposas grabadas en las paredes por los prisioneros en sus últimas horas. La mariposa, símbolo de transformación, se convertiría más tarde en un elemento central de su filosofía sobre la muerte como experiencia bella y transformadora.

Tras completar su formación médica en Zurich, la Dra. Kübler-Ross se trasladó a Estados Unidos en 1958. Trabajó en hospitales de Nueva York, Colorado y Chicago, donde quedó profundamente perturbada por las actitudes imperantes hacia los pacientes moribundos. En un sistema en el que los enfermos terminales solían ser rechazados, ignorados o tratados como meros casos médicos, ella adoptó un enfoque radicalmente distinto. Se sentaba con sus pacientes y escuchaba sus miedos, esperanzas y sueños. "Nadie era sincero con ellos", recordaría más tarde, "así que me propuse escucharles". Este enfoque personal y compasivo de la muerte llegaría a definir el trabajo de su vida.

En 1969, la Dra. Kübler-Ross publicó su innovador libro Sobre la muerte y la agonía, que presentó al mundo sus ahora famosas "cinco etapas del duelo": negación, ira, negociación, depresión y aceptación. En su momento, sus conclusiones fueron revolucionarias. La idea de que los pacientes moribundos podían experimentar fases emocionales específicas era controvertida y contraria a la ortodoxia médica imperante, pero caló hondo tanto en el público como en la comunidad médica. Su trabajo se publicó en la revista Life y su libro se convirtió en un bestseller internacional que cambió la forma de entender la muerte de los profesionales sanitarios, los cuidadores y el público en general.

La influencia de la Dra. Kübler-Ross se extendió rápidamente por todo el mundo y, a principios y mediados de los años setenta, daba conferencias a audiencias de entre 5.000 y 10.000 personas a la semana, viajando por todo Estados Unidos y por todo el mundo. Sus conferencias eran experiencias transformadoras, que ofrecían no sólo conocimientos médicos, sino también una comprensión más profunda de los aspectos psicológicos y espirituales de la muerte y la agonía. Durante este tiempo, compartió escenario con otras figuras destacadas de la época, como Ram Dass, maestro espiritual y escritor, y William Worden, psicólogo de renombre y experto en duelo. Estas colaboraciones con pensadores de ideas afines ayudaron a ampliar el alcance de su mensaje, llegando a un público aún más amplio y profundizando en la concienciación del público sobre la importancia de los cuidados compasivos al final de la vida.

Su obra también contribuyó a popularizar el movimiento de los cuidados paliativos en Estados Unidos y a generalizar la atención compasiva al final de la vida. Sus ideas pioneras inspiraron a innumerables profesionales de la salud y estudiantes, convirtiendo Sobre la muerte y el morir en lectura obligatoria en programas de medicina, enfermería y psicología.

A finales de la década de 1970, la Dra. Kübler-Ross fundó el Centro Elisabeth Kübler-Ross y el Centro de Crecimiento y Curación Shanti Nilaya, donde continuó enseñando, ofreciendo talleres y explorando las dimensiones más profundas de la vida, la muerte y la transición. Su trabajo se expandió más allá de lo convencional, adentrándose en el misticismo, la vida después de la muerte y las terapias alternativas, siempre superando los límites para comprender mejor la experiencia humana. En la década de 1980, compró una granja de 300 acres en Head Waters, Virginia, a la que llamó Healing Waters. Este centro se convirtió en un santuario para quienes buscaban curación, transformación y crecimiento espiritual.

La Dra. Kübler-Ross nunca ha rehuido las causas controvertidas. En los años 80, cuando los bebés nacidos con sida eran rechazados por la sociedad, ella fue una de las pocas personas dispuestas a atenderlos. Su compasión por estos niños era inquebrantable y abogó incansablemente por su cuidado y aceptación. "Se centró en estos bebés cuando nadie quería tener nada que ver con ellos", afirma Frances Leuthy, su asistente en el centro de Virginia.

Tras sufrir una serie de derrames cerebrales en la década de 1990 que la debilitaron físicamente, la Dra. Kübler-Ross se retiró a Arizona para estar más cerca de su hijo Kenneth. Pero incluso en su retiro, su legado siguió creciendo. Recibió visitas de todo el mundo, entre ellas las de Muhammad Ali, Oprah Winfrey, Susan Sarandon y Shirley MacLaine. Sus contribuciones al estudio de la muerte, la agonía y el duelo fueron ampliamente reconocidas y, en 1999, la revista Time la incluyó en su lista de los 100 científicos y pensadores más importantes del siglo XX como una de las "mentes más brillantes del siglo".

A lo largo de su vida, la Dra. Kübler-Ross recibió numerosos honores, incluidos 20 títulos honoríficos y toda una vida de elogios por su trabajo en psicología, medicina y espiritualidad. Fue miembro fundador de la American Holistic Medical Association y cofundadora del International Work Group on Death, Dying and Bereavement (IWG). Ha escrito prólogos, capítulos y ensayos en numerosos libros sobre la muerte y el duelo, lo que la ha consolidado como líder de opinión en estos campos.

La Dra. Kübler-Ross falleció el 24 de agosto de 2004, pero su impacto en el mundo es inconmensurable. Su compasión, su valentía y su trabajo pionero transformaron la forma en que abordamos la muerte, el duelo y la experiencia humana. Su legado sigue inspirando a profesionales sanitarios, cuidadores y personas que se enfrentan a los mayores retos de la vida a aceptar la muerte no como un final, sino como un paso profundo y transformador.